domingo, 29 de septiembre de 2013

Notas para una filosofía de la educación



NOTAS PARA UNA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN CON BASE EN LA FILOSOFÍA DE XAVIER ZUBIRI

 Ponencia para el Segundo Foro Regional de Investigación Educativa

Isidro Manuel Javier Gálvez Mora
Tehuacán, Pue. Marzo del 2001.

Cuando uno entra a la bella tarea de educar, si no se tiene elementos distintos, sólo se aplica la experiencia anterior, tal vez reformulada, pero sin más claridad que las ideas subyacentes en cada sujeto. De este modo se aplican las formas de educación memorista, impositiva o se deja al libre juego de fuerzas internas y externas que operen dentro o en torno al sujeto del aprendizaje. De lo cual se obtienen dos resultados: o se refuerza y reproduce una vez más la pedagogía tradicional tanto en sus puntos positivos pero que en general está más cargada de elementos ya no acordes a nuestra realidad, o se abandona la tarea de educar.
            En un segundo momento, cuando ya se está en la educación,  y los resultados no son como quisiéramos que fueran, comienza la indagación del cómo educar. Se entra al nivel técnico-científico de la pedagogía, del como educar. Y se buscan métodos y teorías, procedimientos, estrategias, etc. para obtener un mejor resultado.
            Hay sin embargo un tercer elemento cuando al final, al obtener los resultados éstos no siempre concuerdan con lo que quisiéramos. Y decimos “Es que yo quisiera que mis hijos fueran de este modo” o también “yo quisiera que mis alumnos fueran mas... o menos...” Este deseo expresa una visión de futuro, vemos a futuro algo que todavía no obtenemos pero que al menos sabemos como lo queremos. Nos formamos así una visión utópica de la realidad. Estamos en el terreno de la filosofía, y como se refiere a la educación, estamos en filosofía de la educación.
            Este apartado de la filosofía, el referente a la educación, trata entre otras cosas de los fines de la educación, de su finalidad, del para qué educar. ¿Para qué educas a tus hijos? ¿Para qué educas en la escuela? ¿Quién eres tú educador?
            Estas preguntas no sólo se las hacen solo los especialistas y pedagogos. Las enfrenta todo mundo y las expresa de modo cotidiano sobre todo cuando se tienen problemas en la casa como padres de familia o en la escuela como profesores, o en ámbito educativo en que se encuentre cada persona. Es aquí donde quiero dar un aporte que vaya más allá de la respuesta cotidiana y que dé una luz en este arte de educar. Tomaré como base la filosofía del filósofo español Xavier Zubiri.

Datos biográficos de Xavier Zubiri


            Daré algunos datos biográficos de este autor antes de entrar a su filosofía. Xavier Zubiri nació el 4 de diciembre de 1898 en San Sebastián, hijo de padres vascos. Estudió humanidades, bachillerato, ingresó al Seminario Conciliar de Madrid donde estudió filosofía y teología, en 1920 obtuvo la licenciatura en Filosofía en Lovaina. Asistió a cursos de física, matemáticas, biología, recibió el doctorado en teología por el Collegium Theologicum Romanae Studiorum Universitatis y en 1921 obtuvo también el doctorado en filosofía por la Universidad Central de Madrid. Fue ordenado sacerdote en ese mismo año. En Berlín estudió física teórica, matemáticas, ciencias naturales, filología clásica, etc.,

            En 1936 logró su reducción al estado laical y se casó por la Iglesia con Carmen Castro. Impartió cursos en la Universidad de París, en la Universidad de Barcelona, en la Universidad Gregoriana de Roma, en la Universidad Central de Madrid, y fundó la Sociedad de Estudios y Publicaciones donde editó sus obras.

            Sus publicaciones son:

& Historia, naturaleza y Dios en 1944,

& Sobre la Esencia en 1962,

& Cinco Lecciones de filosofía en 1963,

& Inteligencia Sentiente en 1980,

& Inteligencia y Logos en 1982,

& Inteligencia y razón en 1983.

Murió el 21 de septiembre de 1983 en Madrid.

            De sus apuntes se han publicado las siguientes obras:

& El hombre y Dios en 1984,

& Sobre el hombre en 1986,

& Estructura dinámica de la realidad en 1989,

& Sobre el sentimiento y la volición en 1992,

& El problema filosófico de la historia de las religiones en 1993,

& Los problemas fundamentales de la metafísica occidental en 1994,

& Espacio, tiempo y materia en 1996,

& Sobre el problema de la filosofía en 1996. Un fascículo,

& El problema teologal del hombre: Cristianismo en 1997,

& El hombre y la verdad en 1999,

& Primeros escritos (1921-1926) en el 2000.

            Existen dos seminarios a nivel internacional sobre su pensamiento: Uno en Madrid y otro en la Universidad Centroamericana de Nicaragua.

            Podemos decir que Zubiri es el último de los filósofos sistemáticos de la historia. Es un pensador que ha creado todo un sistema coherente de pensamiento que abarca los principales puntos de referencia de la filosofía: la realidad, la inteligencia, el conocimiento, el ser humano, la materia, la naturaleza, Dios. Pensadores de esta talla son Platón, Aristóteles, Santo Tomás, Descartes, Kant, Hegel. De ahí la importancia de su pensamiento.

 

Características de su pensamiento.

            En un intento de ponerle adjetivos a su filosofía diríamos que es realista, materialista, trascendente.
P Zubiri es un filósofo que está ubicado en la realidad, es su punto de partida, lo opuesto son el grupo de filósofos idealistas donde la base de su pensamiento es la idea.
P Zubiri es materialista porque parte desde dentro de la materia misma, no de conceptos sobre ella como la filosofía escolástica que interpreta la realidad de manera conceptualista pero se olvida de la realidad misma.
P Es trascendente porque a partir de la realidad misma del hombre nos lleva de la mano a la realidad de Dios como parte de la realidad que somos.
            Entremos un poco más a su pensamiento. Decíamos al principio que queremos saber sobre filosofía de la educación, el para qué educar. Sin embargo este tema Zubiri no lo toca directamente, no tiene una obra sobre la educación ni una filosofía de la educación explícita. Y en cierto sentido pareciera un fraude el título de mi ponencia.
            Toda filosofía de la educación tiene como telón de fondo una idea de la realidad que le sirve de base. Tal vez ubicaríamos a la filosofía de la educación en un segundo plano respecto a las áreas que siempre se han contemplado como fundamentales: la realidad y el conocimiento. Y junto a éstas, las que tratan del hombre, la ética y la naturaleza. En segundo plano decía ubicaríamos las que se refieren a un orden más operativo o de aplicación de la filosofía: filosofía de la ciencia, filosofía de la educación, filosofía de la historia, filosofía de la religión, etc.
            Zubiri desarrolló las áreas fundamentales y dejó elementos suficientes para deducir las áreas de segundo orden. Por eso es que se han publicado más  obras póstumas de Zubiri que las qué publicó en vida debido a la cantidad de manuscritos inéditos que dejó como fruto de los cursos que dio durante su vida. No tocó explícitamente la filosofía de la educación pero a partir de sus escritos se pueden hacer proyecciones hacia esta área; este es mi aporte y algunos elementos de mi investigación que aún está en proceso. Partiremos, por tanto, de algunos de sus conceptos fundamentales y desde ahí haremos proyecciones a la educación.

Sobre la realidad

            Zubiri tiene como punto de partida la realidad, afirma que todo lo real está compuesto de notas, las notas notifican lo que cosa es: color, figura, tamaño, peso, etc., nos dicen lo que la cosa es. Toda nota es una “nota-de”  la cosa, no existen notas aisladas de las cosas, pertenecen a las cosas de por sí, “de suyo”. Pero las notas además de tener un contenido propio, un “de suyo”, tienen una formalidad de “alteridad”, nos notifican que son algo distinto de nosotros y de nuestra mente, del latín alter = otro, distinto, es algo real, no imaginario.
            Las cosas reales tienen multitud de notas, pero toda nota es “nota-de” todas las demás notas. Entre todas las notas forman sistema. Estas notas unidas forman sistemas de notas. En este sistema cada nota tiene una posición. El sistema es de las notas en forma cíclica y clausurada, no admite mas notas, no le pueden faltar porque deja de ser lo que es, todas las notas están unidas entre sí.
            Sin embargo existen diferentes tipos de notas. Por ejemplo, la forma en que estamos vestidos, el tipo de ropa que usamos, si traemos zapatos u otro tipo de calzado, son de nosotros, de cada uno, nos visten, nos hacen distintos, pero al cambiarnos de ropa no perdemos identidad, son notas que Zubiri llama “adventicias”. El refrán popular reza “el hábito no hace al monje”. Corresponde a este nivel.
            Un segundo tipo de notas son las que pertenecen a la cosa “de suyo”, tal como pertenecen al ser humano la cabeza, los pies, las manos, el tronco, la postura erecta, la piel, los órganos internos, el sistema circulatorio, son notas que Zubiri llama “constitucionales”. Son propias del ser humano, son “de suyo” del hombre. Son las notas necesarias y suficientes para que la cosa sea una realidad sustantiva., constituyen la “sustantividad”.
            Sin embargo existe un nivel aún mas profundo de la realidad de las cosas, un grupo de notas que hacen que la cosa sea lo que es, que al faltar una de ellas la cosa deja de ser lo que es, lo mismo que al añadirle otra nota en este nivel. Zubiri les llama notas constitutivas, son las que constituyen la esencia de las cosas. En el ser humano estas notas son tres: la vida, el sentir, el inteligir.
            Estas notas constitutivas forman el subsistema radical de la sustantividad, son la esencia del hombre, son el principio radical de la sustantividad, son el conjunto de notas necesario y suficiente para que una realidad tenga sus demás notas.

Aplicaciones a la educación 1


            Decíamos que la filosofía de la educación será una proyección de los conceptos básicos de las áreas fundamentales de la filosofía. Para no esperar a ver todos los elementos sistemáticos y al final, cuando ya se nos olvidaron, ver entonces sus aplicaciones, desde ahora comenzaremos a hacer unas extrapolaciones hacia la educación.

            La educación como un proceso de “Conducir, orientar” o de “Sacar-de”, según las dos acepciones etimológicas del concepto, tomará como fundamentales las notas que pertenecen a la esencia del hombre: la vida, el sentir, el inteligir. Por tanto, la educación que de aquí se desprende tomará como fundamentales estos elementos a trabajar en el proceso educativo:

P Educar para la vida, la propia, la de los demás, y el cuidado del entorno vital, la ecología;

P educar los sentimientos, la voluntad, la sensibilidad, la percepción de lo real;

P educar la inteligencia, la memoria, la imaginación, la creatividad.

Resulta una educación integral, integra al hombre en sí mismo, al hombre con todos los seres humanos, al hombre en su realidad actual.

Concepto de hombre

            Mas adelante afirma Zubiri que el sistema sustantivo humano (el ser humano) está formado por dos subsistemas: el subsistema cuerpo y el susbsistema psiqué, ambos subsistemas se codeterminan intrínsecamente, no pueden existir separados un cuerpo sin psiqué ni una psiqué sin cuerpo. Por tanto el hombre es una sustantividad psicorgánica, donde cada nota es una nota-de, el cuerpo es de esta psiqué y esta psiqué es de este cuerpo. Esta unidad psicorgánica se manifiesta en que el sentir tiene 3 momentos: es inteligencia sentiente, sentimiento afectante y voluntad tendente.
            Los tres momentos de la sustantividad psicorgánica manifiestan la unidad indivisible de psiqué y cuerpo. Algunos afirman que la función de la escuela es proporcionar conocimientos, insisten en la instrucción más que en la formación, buscan un desarrollo puramente intelectual y olvidan la parte corporal. La pedagogía tradicional también va por este derrotero. Es la unidad del sentir y el inteligir lo que nos sitúa en la realidad. Ya desde Aristóteles se afirmaba que nada entra al entendimiento si no pasa por los sentidos.
            Así la educación debe formar:
P al cuerpo y la mente,
P los sentimientos, sus afectos y sus repercusiones corporales (recordemos las enfermedades psicosomáticas y la obra Inteligencia emocional de Daniel Goleman),
P la voluntad y su actuar (no existe una voluntad sin acción, son las acciones las que manifiestan las decisiones).
            Hasta aquí se ha tratado al ser humano de una forma hasta cierto punto estática, hemos penetrado a la estructura de la realidad humana. Viene ahora un segundo momento, su dinamismo, el hombre como realidad siendo.

Dinamismo del ser humano 1

            Decíamos que el hombre es un de suyo, se pertenece a sí mismo, es suidad. Esto le hace poseerse a sí mismo, le hace ser persona; Zubiri crea el concepto de “personeidad” para referirse al ser persona. Es siempre él mismo, distinto de los demás durante toda su vida, no puede pertenecer a nadie, es autoposesión, en él mismo se fundamenta su dignidad y su igualdad respecto a los otros. En este sentido es un fin en sí mismo, no un medio ni puede ser utilizado como tal.
            El hombre es siempre el mismo pero no lo mismo, va cambiando a lo largo de su vida, crece, llega a la forma adulta, se desempeña de un determinado modo, tiene determinada formación, etc. A estas modulaciones de la personeidad constituyen la personalidad. La personalidad son las modulaciones de la personeidad, todo ser humano tiene su propio decurso por la vida, no importa su edad ni lugar donde se ubique. Si Aristóteles había afirmado que el hombre es un animal racional, insistiendo de este modo en la diferencia entre el ser humano y el animal, con Zubiri complementamos diciendo que el hombre es un animal personal.

Aplicaciones a la educación 2


La educación parte del hecho del ser humano. No importa la edad, como alumnos todos tienen su dignidad y merecen respeto, al mismo tiempo que esto es recíproco. El centro de la educación es la persona del alumno, no la institución, el maestro o el plan de estudios. Lo mismo vale para la familia. El niño no pertenece a sus padres en el sentido de posesión o dependencia, sino que la misión de los padres, como la de todo educador, es favorecer el desarrollo de la persona, el desarrollo de la personalidad propia de cada hijo. Porque existe la personalidad, por eso existe la educación, la educación modula la personalidad de cada individuo, por eso el hombre es educable. Pero esto también es recíproco, no solo es educable el alumno o el hijo, sino también el educador o padre de familia, es un proceso dinámico, dialéctico. Como educadores, también el acto de educar modula nuestra personalidad. En este sentido Freire afirmaba “nadie educa a nadie, nadie se educa solo, todos nos educamos en comunión”.

Dinamismo del ser humano 2

            Afirmamos antes que el hombre y la mujer son un “de-suyo”, se pertenecen a sí mismos. Pero además, son conscientes de eso y afirman “Yo me pertenezco a mismo”. Esto es algo real y nadie lo niega, es más, todo mundo lo defiende ante todos los demás. Esta conciencia de la autopertenencia manifiesta que el ser humana está implantado en la realidad frente a toda la realidad. El yo-me-mi manifiesta la actualización mundanal de la realidad personal (personeidad + personalidad).
            El ser humano no está aislado, fue generado por alguien y puede generar a alguien y convive con otros de su misma especie, se reconoce como parte de la especie humana. La especie es el momento según el cual el hombre se multiplica según el esquema del código genético. Mi esquema genético es de otro (hombre y mujer) animal personal. Pero al mismo tiempo estoy vertido desde mi mismo a los otros, llevo un esquema genético capaz de reproducirlo en otros, capaz de tener hijos, capaz de procrear a otros animales personales y dejar dentro de ellos mi esquema genético. En este sentido podemos hablar de co-determinación: yo determino a otros al mismo tiempo que los otros me determinan a mí.
            Esta codeterminación se manifiesta en tres dimensiones:
w  Dimensión individual interpersonal: conduce a la diversidad (reconozco que soy distinto de otros).
w  Dimensión de convivencia: conduce a la sociedad, tanto a nivel impersonal como una masa como a nivel de comunión personal: resulta el hombre como animal social, animal comunal.
w  Dimensión de parádosis: tengo una historia, una tradición (constituyente, continuante y progrediente) que me constituye en animal histórico. La historia transmite un principio de posibilidades, es procesual, tiene figura (edad y altura tiempo en el tiempo). Resulta la etaneidad (vivo en determinado tiempo y lugar histórico), el hombre como animal etáneo.
Por tanto resulta que el Yo es un animal diverso, comunal y etáneo.
 

Las aplicaciones a la educación (3)


Este sentido de autopertenencia como Yo-me-mi es fundamental para la formación de la conciencia de cada persona como única e irrepetible. Va contra las formas homogeneizadoras que pretende igualar a toda la humanidad a una realidad ajena a la dignidad de la persona: la capacidad económica, como por ejemplo, el neoliberalismo tiene como modelo de sociedad el supermercado, aquellas tiendas donde lo único que importa es la capacidad de compra de los individuos, no su ser, su dignidad, su cultura, su origen. La educación es fundamental en la formación de la conciencia: en la familia, en la escuela, en otros ambientes educativos.

            La formación de la conciencia individual lleva aparejada la formación de la conciencia social. La familia es el primer espacio de sociabilidad del individuo. Desde antes de nacer, todos esperan al nuevo ser. Las emociones de la madre influyen en el desarrollo del feto, los alimentos que consume la madre pasan a formar parte del organismo del bebé en gestación. Al nacer, nacemos en sociedad, en comparación con los animales; el ser humano es el que más tarda en hacerse independiente de la madre y en poder sobrevivir de manera autosuficiente. Somos animales sociales. Es una realidad.

Pero también es una responsabilidad: somos responsables de dar continuidad a la humanidad, de buscar la convivencia y la supervivencia del género humano a través de la convivencialidad, de la educación que aportamos a los nuevos seres, a través del cuidado del medio ambiente. También estas son tareas educativas. Se trata de formar para la convivencia humana, para vivir en sociedad.

Al nacer fuimos herederos de una cultura, es un don, nacemos en determinado país y región, en determinada familia. Al ser adultos, tenemos ahora la tarea de cuidar que los logros culturales de la humanidad sigan progresando, y en ellos la tarea de educar es fundamental. Educar, en este sentido, consiste en compartir los logros culturales de una generación con otra. Recibimos y entregamos, parádosis.

Pero el tiempo avanza, tiene edad, la realidad cambia, cada día hay nuevos descubrimientos y nuevas enfermedades, nuevos sucesos naturales y nuevos avances científicos, nuevas realidades sociales y nuevas tecnologías. Se trata de educar no como nos educaron en el pasado, sino educar para el futuro próximo inmediato. Por tanto la educación debe tener una visión utópica de una realidad aún no existente pero que puede existir. Se trata de educar para el futuro, Consiste en educar y educarnos.

Continuando con Zubiri

Afirma que el hombre en sus acciones es Agente, autor y actor: así realiza su vida personal. Es el ser humano el que decide qué hacer, el responsable de sus actos y el que los realiza.
El hombre hace su vida con las cosas en la realidad. La realidad consiste en ser  fundamento de la persona. La realidad apoya al hombre como:
w  Algo último: ultimidad de lo real, no podemos escaparnos de la realidad, tal vez podamos negarla, olvidarla, pero no estar fuera de la realidad.
w  Constituye la posibilidad de todas las posibilidades: es posibilitante. Puedo hacer mi vida porque soy real, no una ficción.
w  Impele (impulsa, empuja) a optar por una forma de vida: es impelente. No puedo quedarme sin hacer nada, porque ese no hacer nada ya es hacer algo. El desarrollo humano orgánico nos empuja a ir tomando decisiones sobre nuestra vida y realidad.
Estos tres elementos nos hacen ver que la fundamentalidad de lo real, que  consiste en la unidad de la ultimidad (en), posibilitación (desde) e impelencia (por). De este modo la realidad funda mi ser personal.
            La realidad como fundamento de mi realidad personal ejerce sobre mí un poder: la realidad es el poder de lo real que se apodera de mí. Este apoderamiento nos implanta en la realidad, nos liga al poder de lo real para ser relativamente absoluto. Esta religación es un hecho constatable, total y radical. El poder de lo real se apodera de mí de manera
w  experiencial (lo experimento a cada paso que doy por la vida, soy real y vivo en la realidad),
w  manifestativa (a cada instante se me manifiesta que no puedo escaparme de la realidad)
w  y enigmática (no sé cómo, pero sucede que soy real).
La religación a lo real abre las posibilidades de lo absoluto. Dios es fundamento último, posibilitante e impelente de la articulación de las cosas reales en la realidad.

Aplicándolo a la educación (4)


 En este punto del hombre como agente, autor y actor de sus obras, se fundamenta la responsabilidad moral. Soy responsable de mi vida, de mis acciones y decisiones porque yo soy quien decido y quien las hago. La formación en cuanto a los derechos y obligaciones de cada individuo va es importante para la convivencialidad, para la capacidad moral de elegir y de responder por las propias decisiones. Es el fundamento de la libertad. Por tanto, educar en y para la libertad conlleva a educar para la responsabilidad y para la moralidad. Aquí entra la formación de valores. Decimos que se han perdido, pero más bien los hemos olvidado o los hemos aislado de la tarea de educar.

       La fundamentalidad de lo real nos lleva al problema de Dios. Dios es un problema tanto para el que cree, como para el que no cree como para el que se queda en la incertidumbre: para el que cree es problema porque no puede comprobarlo de manera científica, para el que no cree porque no puede comprobar de manera experiencial que no existe, y para el agnóstico porque la duda lo corroe

            Zubiri descubre la presencia de Dios en la fundamentalidad de lo real, Dios es la realidad última posibilitante e impelente. Negar la fundamentalidad de lo real conduce a negar nuestra realidad misma porque no somos totalmente absolutos, no dependemos totalmente de nosotros mismos; pero tampoco somos totalmente dependientes de los otros. Para esto Zubiri afirma que el ser humano es un “absoluto-relativo”. Estamos sentados en la realidad para realizarnos como seres reales.

            Una educación integral, tomará en cuenta esta fundamentalidad de lo real, de lo cual la religión es una manifestación de reconocimiento de que estamos religados a la fundamentalidad de lo real, en otras palabras, se trata de educar el espíritu para el encuentro con el absoluto, con Dios.

           

            Con los elementos aquí aportados creo que son suficientes para ir conformando una filosofía de la educación más propia. Toda filosofía de la educación depende de un sistema de pensamiento, de una filosofía más general y sistemática. La actualidad de Zubiri ayuda también a una actualidad de la filosofía de la educación. Eso es lo que queremos conseguir. Una filosofía de la educación para nuestros tiempos.
            Lo aquí presentado son algunas notas que mas adelante espero ir profundizando y complementando.
            Agradezco su atención.


RESUMEN

Este trabajo “Notas para una filosofía de la educación en base a la filosofía de Xavier Zubiri” consiste la aplicación de elementos de la filosofía sistemática del mencionado autor hacia la educación. Zubiri no habló expresamente de la filosofía educativa, pero dio elementos fundamentales de donde deducir aplicaciones directas hacia la educación. En esto consiste mi reflexión personal.
            Por tanto se trata de una investigación filosófica que busca la fundamentalidad del acto educativo.

I. M. Javier Gálvez Mora.

NOTAS PARA UNA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN
CON BASE EN LA FILOSOFÍA DE XAVIER ZUBIRI
Ponencia para el Segundo Foro Regional de Investigación Educativa
I. M. Javier Gálvez Mora
Diapositivas

ZUBIRI
APLICACIONES A LA EDUCACIÓN


Todo lo real está compuesto de notas.
Las notas son notas-de todas las demás
Notas esenciales del hombre:
·         vida
·         sentir
·         inteligir
P Educar para la vida, la propia, la de los demás, y el cuidado del entorno vital, la ecología;
P educar los sentimientos, la sensibilidad, la percepción de lo real;
P educar la inteligencia, la memoria, la sensibilidad, la voluntad.
Resulta una educación integral, integra al hombre en sí mismo, al hombre con todos los seres humanos, al hombre en su realidad actual.


El sistema sustantivo humano : dos subsistemas: el subsistema cuerpo y el susbsistema psiqué. Ambos subsistemas se codeterminan intrínsecamente
Por tanto el hombre es una sustantividad psicorgánica, donde cada nota es una nota-de, el cuerpo es de esta psiqué y esta psiqué es de este cuerpo.
Esta unidad psicorgánica se manifiesta en que el sentir tiene 3 momentos: es inteligencia sentiente, sentimiento afectante y voluntad tendente.
Así al educación debe formar:
P al cuerpo y la mente,
P los sentimientos, sus afectos y sus repercusiones corporales
P la voluntad y su actuar (no existe una voluntad sin acción, son las acciones las que manifiestan las decisiones).


El hombre es suidad.  Esto le hace poseerse a sí mismo, le hace ser persona, “personeidad”.
Es siempre él mismo, distinto de los demás durante toda su vida, no puede pertenecer a nadie, es autoposesión, en él mismo se fundamenta su comunión y su igualdad respecto a los otros.
En este sentido es un fin en sí mismo, no un medio ni puede ser utilizado como tal.
            El hombre es siempre el mismo pero no lo mismo, va cambiando a lo largo de su vida, crece, llega a la forma adulta, se desempeña de un determinado modo, tiene determinada comunión, etc. A estas modulaciones de la personeidad constituyen la personalidad.
La personalidad son las modulaciones de la personeidad, todo ser humano tiene su propio decurso por la vida, no importa su edad ni lugar donde se ubique
La comunión parte del hecho del ser humano. No importa la edad, como alumnos todos tienen su comunión y merecen respeto, al mismo tiempo que esto es recíproco.
El centro de la comunión es la persona del alumno, no la comuniónn, el maestro o el plan de estudios. Lo mismo vale para la familia. El niño no pertenece a sus padres en el sentido de comunión o dependencia, sino que la misión de los padres, como la de todo educador, es favorecer el desarrollo de la persona, consiste en favorecer el desarrollo de la personalidad propia de cada hijo.
Porque existe la personalidad, por eso existe la comunión, la comunión modula la personalidad de cada individuo, por eso el hombre es educable.
Pero esto también es recíproco, no solo es educable el alumno o el hijo, sino también el educador o padre de familia, es un proceso dinámico, dialéctico.
Como educadores, también el acto de educar modula nuestra personeidad. En este sentido Freire afirmaba “nadie educa a nadie, nadie se educa solo, todos nos educamos en comunión”.

El hombre y la mujer son un “de-suyo”, se pertenecen a sí mismos.
 Pero además, son conscientes de eso y afirman “Yo me pertenezco a mismo”. Esto es algo real y nadie lo niega, es mas, todo mundo lo defiende ante todos los demás.
Esta conciencia de la autopertenencia manifiesta que el ser humano está implantado en la realidad frente a toda la realidad.
El yo-me-mi manifiesta la actualización mundanal de la realidad personal (personeidad + personalidad).
            El ser humano no está aislado, fue generado por alguien y puede generar a alguien y convive con otros de su misma especie, se reconoce como parte de la especie humana. La especie es el momento según el cual el hombre se multiplica según el esquema del código genético.
Mi esquema genético es de otro (hombre y mujer) animal personal.
Pero al mismo tiempo estoy vertido desde mi mismo a los otros, llevo un esquema genético capaz de reproducirlo en otros, capaz de tener hijos, capaz de procrear a otros animales personales y dejar dentro de ellos mi esquema genético.
En este sentido podemos hablar de co-determinación: yo determino a otros al mismo tiempo que los otros me determinan a mí.
            Esta codeterminación se manifiesta en tres dimensiones:
w  Dimensión individual interpersonal: conduce a la diversidad (reconozco que soy distinto de otros).
w  Dimensión de convivencia: conduce a la sociedad, tanto a nivel impersonal como una masa como a nivel de comunión personal: resulta el hombre como animal social, animal comunal.
w  Dimensión de parádosis: tengo una historia, una tradición (constituyente, continuante y progrediente) que me constituye en animal histórico. La historia transmite un principio de posibilidades, es procesual, tiene figura (edad y altura tiempo en el tiempo). Resulta la etaneidad.
Por tanto resulta que el Yo es un animal diverso, comunal y etáneo.
La formación de la conciencia individual lleva aparejada la formación de la conciencia social. La familia es el primer espacio de sociabilidad del individuo. Desde antes de nacer, todos esperan al nuevo ser. Las emociones de la madre influyen en el desarrollo del feto, los alimentos que consume la madres pasan a formar parte del organismo del bebé en gestación. Al nacer, nacemos en sociedad, en comparación con los animales, el ser humano es el que más tarda en hacerse independiente de la madre y en poder sobrevivir de manera autosuficiente. Somos animales sociales. Es una realidad.
Pero también es una responsabilidad: somos responsables de dar continuidad a la humanidad, de buscar la convivencia y la supervivencia del género humano a través de la convivencialidad, de la educación que aportamos a los nuevos seres, a través del cuidado del medio ambiente. También estas son tareas educativas. Se trata de formar para la convivencia humana, para vivir en sociedad.
Al nacer fuimos herederos de una cultura, es un don, nacemos en determinado país y región, en determinada familia. Al ser adultos, tenemos ahora la tarea de cuidar que los logros culturales de la humanidad sigan progresando, y en ellos la tarea de educar es fundamental. Educar, en este sentido, consiste en compartir los logros culturales de una generación con otra. Recibimos y entregamos, parádosis.
Pero el tiempo avanza, tiene edad, la realidad cambia, cada día hay nuevos descubrimientos y nuevas enfermedades, nuevos sucesos naturales y nuevos avances científicos, nuevas realidades sociales y nuevas tecnologías. Se trata de educar no como nos educaron en el pasado, sino educar para el futuro próximo inmediato. Por tanto la educación debe tener una visión utópica de una realidad aún no existente pero que puede existir. Se trata de educar para el futuro, Consiste en educar y educarnos.


El hombre en sus acciones es Agente, autor y actor: así realiza su vida personal. Es el ser humano el que decide qué hacer, el responsable de sus actos y el que los realiza.
El hombre hace su vida con las cosas en la realidad. La realidad consiste en ser  fundamento de la persona. La realidad apoya al hombre como:
w  Algo último: ultimidad de lo real, no podemos escaparnos de la realidad, tal vez podamos negarla, olvidarla, pero no estar fuera de la realidad.
w  Constituye la posibilidad de todas las posibilidades: es posibilitante. Puedo hacer mi vida porque soy real, no una ficción.
w  Impele a optar por una forma de vida: es impelente. No puedo quedarme sin hacer nada, porque ese no hacer nada ya es hacer algo. El desarrollo humano orgánico nos empuja a ir tomando decisiones sobre nuestra vida y realidad.
Estos tres elementos nos hacen ver que la fundamentalidad de lo real, que  consiste en la unidad de la ultimidad (en), posibilitación (desde) e impelencia (por). De este modo la realidad funda mi ser personal.
            La realidad como fundamento de mi realidad personal ejerce sobre mí un poder: la realidad es el poder de lo real que se apodera de mí. Este apoderamiento nos implanta en la realidad, nos liga al poder de lo real para ser relativamente absoluto. Esta religación es un hecho constatable, total y radical. El poder de lo real se apodera de mí de manera
w  experiencial (lo experimento a cada paso que doy por la vida, soy real y vivo en la realidad),
w  manifestativa (a cada instante se me manifiesta que no puedo escaparme de la realidad)
w  y enigmática (no sé cómo, pero sucede que soy real).
La religación a lo real abre las posibilidades de lo absoluto. Dios es fundamento último, posibilitante e impelente de la articulación de las cosas reales en la realidad.
El hombre como agente, autor y actor de sus obras, se fundamenta la responsabilidad moral. Soy responsable de mi vida, de mis acciones y decisiones porque yo soy quien decido y quien las hago.
La formación en cuanto a los derechos y obligaciones de cada individuo va es importante para la convivencialidad, para la capacidad moral de elegir y de responder por las propias decisiones. Es el fundamento de la libertad.
Por tanto, educar en y para la libertad conlleva a educar para la responsabilidad y para la moralidad. Aquí entra la formación de valores. Decimos que se han perdido, pero más bien los hemos olvidado o los hemos aislado de la tarea de educar.
       La fundamentalidad de lo real nos lleva al problema de Dios. Dios es un problema tanto para el que cree, porque no puede comprobarlo de manera científica, como para el que no cree porque no puede comprobar de manera experiencial que no existe, como para el agnóstico porque la duda lo corroe, se queda en la incertidumbre.
            Zubiri descubre la presencia de Dios en la fundamentalidad de lo real, Dios es la realidad última posibilitante e impelente.
Negar la fundamentalidad de lo real conduce a negar nuestra realidad misma porque no somos totalmente absolutos, no dependemos totalmente de nosotros mismos; pero tampoco somos totalmente dependientes de los otros. Para esto Zubiri afirma que el ser humano es un “absoluto-relativo”. Estamos sentados en la realidad para realizarnos como seres reales.
            Una educación integral, tomará en cuenta esta fundamentalidad de lo real, de lo cual la religión es una manifestación de reconocimiento de que estamos religados a la fundamentalidad de lo real, en otras palabras, se trata de educar el espíritu para el encuentro con el absoluto, con Dios.


Tehuacán, Pue., Marzo 2001.