De la película "El
Samuray"
“No te sientas avergonzado por tu pasado.
Lucha hasta el final como si estuvieras en el campo de batalla.
Lo importante
es lo que puedes hacer por esta tierra de hoy en adelante.
El pasado ya no
tiene importancia, no dejes que te aceche.
Pelea con toda tu alma y tu corazón.
No prestes atención a nadie que te menosprecie.
El valor de una persona no se
encuentra en su color de piel o en su pasado, se encuentra en lo que es capaz
de hacer por su pueblo.
Independientemente de cualquier situación debes
mantener la calma.
No debes caer bajo ningún engaño del enemigo.
Sus trucos
sucios sólo demuestran lo débiles que son."
Esta es la historia de la vida: el pasado ya pasó, puede ser reinterpretado, puede ser estudiado para obtener lecciones, puede ser redimido. Pero no es un objetivo en sí mismo, es una base, fundamento, una realidad anterior, un impulso para el presente y el futuro. Sin embargo el pasado acecha para inmovilizar. El veneno de la cobra ataca el sistema nervioso, por eso inmoviliza los órganos, por eso mata.
Pelea con toda tu alma y todo tu corazón, siempre hasta el final, pero sin perder la calma. Esta es la vida del guerrero. La vida es una danza, a veces guerrera, a veces de amor, a ratos suave, a ratos frenética. Lo importante es danzar la vida sin perder la paz interior.
Lo importante comienza hoy, lo que haces hoy, lo que hagas de hoy en adelante, con toda tu alma y tu corazón. Nuevamente las cobras acecharán para inmovilizarte, lo harán a través del menosprecio, el engaño, los trucos sucios, pero demuestra su debilidad. Tu fortaleza no depende de esas situaciones sino de tí mismo, de tu ser interior.
Trabaja ese ser interior con la oración y la meditación, con la concentración en la respiración, con el estudio y la disciplina personal, con el propósito de ser cada día una mejor persona de lo que fuiste ayer. San Ignacio de Loyola decía "Hacer las cosas como si todo dependiera de mí y nada de Dios. Confiar en Dios como si todo dependiera de Él y nada de mí."